Se considera que Homo rodhesiensis (también llamado Homo Sapiens arcaico) es el antepasado africano de nuestra especie. Aparece en África hace 200000 años, y es un humano moderno que aún presenta rasgos arcaicos.
El primer fósil hallado de este homínido fue en el año 1921 en la actual Zambia, conocida antiguamente como Rhodesia del Norte, de ahí su nombre.
La altura media era de 160 centímetros, con un peso aproximado de 55 kg. Su capacidad craneana era de 1.300 centímetros cúbicos. Estos fósiles presentan una mayor capacidad craneal. Todos son morfológicamente variables pero su problema es que la mayoría de ellos carecen de datación concreta.
Se caracterizaba por:
– Utilización de herramientas. Parece ser que el Homo rodhesiensis se manejaba bien con herramientas de sílex, así como su organización en el trabajo. El instrumento más usado de la época fue el hacha de mano ya que era multiusos; empuñado con fuerza hacía la función de hacha de mano, si lo agarrabas entre los dedos funcionaba como cuchillo y si se cogía con las dos manos servía de raspador de pieles.
– Pulgar oponible.
– Uso de la palabra. Durante la evolución, la laringe del hombre se ha ido desplazando hacia abajo, dejando sitio a la faringe. Esta última es capaz de producir sonidos.
– Asentamiento en cuevas. El Rodhesiensis también utilizaba las grandes presas que cazaba para la construcción de pequeñas casas de carácter resistente. Las paredes exteriores se apoyaban en una base de huesos y colmillos de mamut, y muchas veces cubrían el suelo con más huesos para aislar la humedad y el frío. La cubierta de la casa estaba formada por pieles gruesas de animales.
– Presas y territorio de caza. Se movía por territorio boscosos. Cazaba bisontes, ciervos, conejos, caballos… pero sobre todo cabras montesas.